Todos los discursos de Nelson Merentes nos colocan frente a la
mentira mas gigantesca que algún gurú financiero le haya “clavado” a un
colectivo jamás. Bajo la falsa promesa de hacernos creer que la economía
venezolana crecerá y se reducirán los niveles de inflación dentro de un marco
de estabilidad cambiaria producto de la participación de los agentes económicos
en concurso armónico con el Estado y políticas cambiarias claras y
transparentes, los hechos reflejan la acción de la máquina mas perversa
para el aprovechamiento fraudulento de los fondos públicos se ha impuesto en
Venezuela como política de Estado.
Y es que los Merequetengues de Merentes han dado acogida, espacio
y convertido las finanzas públicas venezolanas en una caja negra de terreno
fértil para que los depredadores financieros en concurso con los poderosos del
régimen hayan logrado el saqueo mas grande de la historia, frente a las narices
de un pueblo hambriento e incauto que ha sido abandonado por un Poder Ciudadano
y un Ministerio Público cuya inacción avergüenza a todos menos a los
enriquecidos de esta oportunidad.
Merentes ha actuado cual portero de discoteca de moda, controlando
la entrada de los involucrados en todos los festines y merequetengues de esta
revolución en cuanto a finanzas públicas se refiere y que ha dejado mas de un
millonario súbito, algunos repentinamente exilados, en fuga y luego convertidos
en “perseguido político” que los obligan a un exilio dorado lejos de las arcas
nacionales, pero visitados por los jerarcas conchupantes en reuniones al margen
de los medios allende los mares.
No es casualidad que el matemático favorito de Chávez y otrora
autor de “las morochas” constituyentes fuera fundador del Bandes, sucesor del
Fondo de Inversiones de Venezuela, aquel FIV de la IV que tantas fortunas a la
sombra del poder ayudó a crear y que hoy como el BANDES sirve a los mismos musiues,
aunque con diferente cachimbo.
Fue también la ejecutoria de Merentes la artífice de los “boneros”,
aquellos agentes financieros fantasma que surgieron a la sombra de los bonos
del mercado “paralelo” que tantas ganancias cambiarias produjeron a los bancos
comerciales del país y a los afortunados que “le adivinaron” a la tasa para
echarle mano a la ganancia en cambio de los bonos de PDVSA que disque eran
utilizados para financiar las importaciones que la inoperante e inepta CADIVI
no podía atender.
Fue Merentes quien a través del SITME nos ofreció un sistema de
asignación de divisas en un régimen de bandas (¡y vaya que ciertamente actúan
como tales!) que prometía funcionar 50
años y no llegó ni a dos, pero que sin lugar a dudas enriqueció injustamente
las alforjas de los “comerciantes especuladores” que en forma oscura se
asignaron divisas, jurando importar bienes y servicios, pero que fueron a parar
a la rentable operación de alimentar al mercado negro, cuyas tasas no podemos
mencionar sin cometer delito aunque el propio Merentes y el mismísimo Nicolás
Maduro se refieran a ellas constantemente dando validez y reconocimiento a la
figura, lo cual en si mismo implica el reconocimiento omnisciente al delito cambiario
y probablemente a sus agentes mismos.
Fue Merentes y su grupito quien inventó este merequetengue extraño
y oscuro que le llaman SICAD, que nadie sabe para que sirve ni como funciona,
pero que pareciera ser una herramienta de asignación a dedo de los fondos
necesarios para la estabilidad cambiaria del país.
Y finalmente es Merentes quien se inaugura frente a José Vicente
Rangel como flamante Ministro de Finanzas y nos dice, sin inmutarse, que la
economía está teniendo algunos problemitas, pero además anticipa que “todos los
dólares” que generamos los venezolanos están en sus manos y alimentarán al
mercado oficial, a 6,30, para saciar la calma chicha de los pobres que compran
con migajas, mientras de maneras tramposas y poco transparentes “alimentan” indirectamente
un mercado que débil y voraz se traga todo cuanto le echan, porque la
intermediación entre 6,30 y la tasa negra de transacción deja pa´toelmundo y
hasta para intentar financiar el déficit, cual piñata huérfana de dignidad a la
que todo el mundo le quiere dar palo.
La falta intencional de reportes confiables, la poca transparencia
y la carencia de información a la mano de todos los interesados son las
herramientas del régimen para controlar lo que pasa, porque si Merentes y los
responsables de las finanzas públicas fueran mas responsables y menos cómplices
y presentaran al país los números claros y auditables de las finanzas del
Estado, hace rato que se hubiesen constituido los indicios de prueba y hechos
notorios suficientes para que un Ministerio Público con agallas y voluntad de
cambio ejerciere las acciones pertinentes.
Nos hemos convertido en seguidores, lacayos y subalternos de los
poderes que administran un sistema corrupto en lugar de ciudadanos con un
interés común de sentar las bases para la evolución social con fines de
bienestar colectivo, sin consignas ni ideologías, sino con el interés de
refundar una sociedad que sea capaz y fuerte para contrarrestar los ataques
acostumbrados de unos charlatanes que usan el poder para realizar sus vidas
personales a costa del futuro de la nación.
Desde el punto de vista macro, los merequetengues de Merentes han
sido un fracaso. Tenemos mas inflación y devaluación que nunca, y el
crecimiento es una fracción de lo que podría ser si en lugar de cogerse criminalmente
los reales los invirtieran en verdaderos planes de desarrollo en lugar de
mecanismos complicados para favorecer la rebatiña. Todo esto lo que ha generado
es mas pobreza, menos infraestructura y si acaso hemos hecho algo es comernos
en pollos brasileños, churrascos uruguayos y frijoles nicaragüenses el futuro
de nuestros hijos, que hemos condenado a la pobreza, la indigencia, la mendicidad
y la indignidad de las misiones y, en el mejor de los casos, al exilio tras la
búsqueda de oportunidades que no somos capaces de ofrecerles aquí, por los
merequetengues de Merentes y su combo y los ideólogos de una revolución de
ignorantes, incapaces, indolentes y petulantes que con el mayor desparpajo se
atreven proponerle al Vaticano que adopte las políticas de caridad de una revolución
que de bonita le queda el recuerdo de lo que pudo ser…
Democracia Integral
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