Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral.
Sir Francis Bacon (1561-1626)
Lo grave: El hecho punible contra una mujer aparentemente
ultrajada, posteriormente asesinada y su cuerpo finalmente descuartizado que es
abandonado dentro de un vehículo en plena vía pública. Lo lamentable: Los presuntos homicidas son jóvenes
venezolanos de no mas de treinta años que aparentemente actuaron con una
frialdad y premeditación pavorosa. Lo
oscuro: El motivo todavía está por determinarse, aunque versiones preliminares
indican un posible sicariato por razones de orden económico. Lo patético es la discusión pública:
el gobierno acusa a la MUD de estar detrás del crimen, porque los presuntos
victimarios se tomaron fotos, o vincularon, con algunos representantes de
algunos partidos miembros de la Unidad; la MUD riposta que el gobierno es el
villano porque infiltra a los partidos opositores con supuestos patriotas
cooperantes que luego utiliza para destruirlos; y como siempre alguien
generaliza señalando a la narco “lo que sea” que está con Álvaro Uribe quien
por cierto está junto al imperio detrás de todo lo malo que pasa en Venezuela!!!
¿Es que finalmente enloquecimos y nos disociamos
irremediablemente o QUE?
Francamente, la insensibilidad mostrada por los actores políticos
ante semejante abominación luce mas abominable que el delito cometido. Es
vergonzoso ver, como venezolano, esposo, padre y miembro de esta “sociedad
civil” que llamamos Venezuela como la inmoralidad de nuestros líderes es
trasmitida en vivo y directo, por radio y televisión, con el mayor desparpajo y
sin una pizca de sensatez o sensibilidad en su verbalización del hecho.
Ver a los políticos de siempre encharcarse en su típica porquería
utilizando cualquier subterfugio sin ningún filtro moral para politizarlo todo realmente
asquea el ánimo e irrita el alma. Verlos ignorar y despreciar el valor
fundamental de la vida truncada de una víctima que claramente tiene dolientes
para utilizar el hecho trágico de su asesinato como carnada de la pugnacidad
política es volver a ver la barbarie tocar fondo en nuestro país y a nuestro
liderazgo sumirse en lo mas profundo de ella, lo cual francamente por mas común
que sea en estos tiempos de revolución no me acostumbro ni es el país que
quiero para nuestros hijos.
Este nuevo intento de “criminalización por asociación” al mejor
estilo de las logias secretas y racistas del tipo Ku Klux Klan que utilizan
cualquier subterfugio para apedrear y quemar públicamente a quienes simplemente
se les odia por no ser o pensar como uno es la prueba irrefutable de la
usurpación del Poder Público en Venezuela por una minoría que no está en
capacidad ni tiene la intención de defender y desarrollar el espíritu,
propósito y razón de la Constitución, así como de que los que hacen de sparring
en la oposición simplemente matriculan en la misma liga de infaustos
usurpadores de la venezolanidad que simplemente aspiran defender su espacio
obviando ocuparse de que las víctimas de los miles de crímenes que con tanta
impunidad se comenten en sus narices sean perseguidos y los culpables
sancionados por el hecho punible cometido y no porque los victimarios sean
antipáticos a unos o a otros.
Ver la facilidad con que el Defensor de Pueblo se hace presa evidente
de la falsedad e hipocresía de su esfuerzo truncado por hacer de semejante
institución lo que realmente se espera de ella nos llena de desesperanza a
quienes como colectivo nos toca simplemente ser recipientes de la gestión
pública o como en este caso víctimas constantes de la pugnacidad ideológica que
desprecia a los ciudadanos y parece haber inundado sin remedio todos los
espacios para la convivencia civilizada.
La responsabilidad penal es objetiva y ante un crimen cometido
prosigue una pena legalmente establecida siguiendo el debido proceso; así de
simple es el deber ser. Lo tristemente desesperante es que mas pronto que tarde
veremos que un crimen mediatizado políticamente como este correrá el riesgo de
ser llevado por el Ministerio Público y las instituciones judiciales conforme
la oportunidad política que él represente, negando así la verdadera justicia
necesaria para responder al clamor público de lucha contra la inseguridad y
ratificando una vez mas la desconfianza generalizada de los venezolanos en sus
instituciones democráticas.
Creer en la argumentación del gobierno es reconocer el absurdo
imposible de acusar al Presidente Chávez de homicida porque alguna vez se trató
o fotografió con el Dr. Edmundo Chirinos, o de acusar al diputado Diosdado
Cabello de cohonestar con los Estados Unidos por reunirse y fotografiarse
alegremente con Thomas Shannon en Haití, incluso peor aún de acusar al
presidente Maduro de manejar y dirigir los colectivos violentos y criminales
enfrentados por el General Rodríguez Torres porque alguna vez se publicó una foto
con algunos de sus cabecillas como espaldero del presidente.
Creer en la argumentación de la oposición es simplemente reconocer
que los dirigentes de los partidos miembros de la Unidad son una sarta de
idiotas funcionales incapaces de resolver y comunicar pública y oportunamente
las infiltraciones que con cualquier intención dolosa se hagan en sus filas.
Y si damos crédito a la versión de que el imperio, Uribe y la
guerra económica es la culpable de todos nuestros males, incluso de hechos como
el ocurrido, tan lamentablemente cotidianos como la inseguridad y corrupción desbordada,
entonces obligatoriamente tenemos que declararnos incapaces de gobernarnos y
funcionalmente inhábiles para dirigir nuestros destinos, casi al punto de
agradecer que cubanos y norteamericanos se estén entendiendo porque así
entonces podremos tener una pizca de esperanza de que al recibir instrucciones de
lado y lado se deje el conflicto y la estupidez atrás y empecemos a trabajar
juntos en resolver la desinstitucionalización democrática y empezar finalmente
a hacer la tarea.
José Andrés Ponce
Democracia Integral
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