viernes, 28 de agosto de 2015

La abominación de la política.

Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral.
Sir Francis Bacon (1561-1626)

Lo grave: El hecho punible contra una mujer aparentemente ultrajada, posteriormente asesinada y su cuerpo finalmente descuartizado que es abandonado dentro de un vehículo en plena vía pública. Lo lamentable: Los presuntos homicidas son jóvenes venezolanos de no mas de treinta años que aparentemente actuaron con una frialdad y premeditación pavorosa. Lo oscuro: El motivo todavía está por determinarse, aunque versiones preliminares indican un posible sicariato por razones de orden económico. Lo patético es la discusión pública: el gobierno acusa a la MUD de estar detrás del crimen, porque los presuntos victimarios se tomaron fotos, o vincularon, con algunos representantes de algunos partidos miembros de la Unidad; la MUD riposta que el gobierno es el villano porque infiltra a los partidos opositores con supuestos patriotas cooperantes que luego utiliza para destruirlos; y como siempre alguien generaliza señalando a la narco “lo que sea” que está con Álvaro Uribe quien por cierto está junto al imperio detrás de todo lo malo que pasa en Venezuela!!!

¿Es que finalmente enloquecimos y nos disociamos irremediablemente o QUE?

Francamente, la insensibilidad mostrada por los actores políticos ante semejante abominación luce mas abominable que el delito cometido. Es vergonzoso ver, como venezolano, esposo, padre y miembro de esta “sociedad civil” que llamamos Venezuela como la inmoralidad de nuestros líderes es trasmitida en vivo y directo, por radio y televisión, con el mayor desparpajo y sin una pizca de sensatez o sensibilidad en su verbalización del hecho.

Ver a los políticos de siempre encharcarse en su típica porquería utilizando cualquier subterfugio sin ningún filtro moral para politizarlo todo realmente asquea el ánimo e irrita el alma. Verlos ignorar y despreciar el valor fundamental de la vida truncada de una víctima que claramente tiene dolientes para utilizar el hecho trágico de su asesinato como carnada de la pugnacidad política es volver a ver la barbarie tocar fondo en nuestro país y a nuestro liderazgo sumirse en lo mas profundo de ella, lo cual francamente por mas común que sea en estos tiempos de revolución no me acostumbro ni es el país que quiero para nuestros hijos.

Este nuevo intento de “criminalización por asociación” al mejor estilo de las logias secretas y racistas del tipo Ku Klux Klan que utilizan cualquier subterfugio para apedrear y quemar públicamente a quienes simplemente se les odia por no ser o pensar como uno es la prueba irrefutable de la usurpación del Poder Público en Venezuela por una minoría que no está en capacidad ni tiene la intención de defender y desarrollar el espíritu, propósito y razón de la Constitución, así como de que los que hacen de sparring en la oposición simplemente matriculan en la misma liga de infaustos usurpadores de la venezolanidad que simplemente aspiran defender su espacio obviando ocuparse de que las víctimas de los miles de crímenes que con tanta impunidad se comenten en sus narices sean perseguidos y los culpables sancionados por el hecho punible cometido y no porque los victimarios sean antipáticos a unos o a otros.

Ver la facilidad con que el Defensor de Pueblo se hace presa evidente de la falsedad e hipocresía de su esfuerzo truncado por hacer de semejante institución lo que realmente se espera de ella nos llena de desesperanza a quienes como colectivo nos toca simplemente ser recipientes de la gestión pública o como en este caso víctimas constantes de la pugnacidad ideológica que desprecia a los ciudadanos y parece haber inundado sin remedio todos los espacios para la convivencia civilizada.

La responsabilidad penal es objetiva y ante un crimen cometido prosigue una pena legalmente establecida siguiendo el debido proceso; así de simple es el deber ser. Lo tristemente desesperante es que mas pronto que tarde veremos que un crimen mediatizado políticamente como este correrá el riesgo de ser llevado por el Ministerio Público y las instituciones judiciales conforme la oportunidad política que él represente, negando así la verdadera justicia necesaria para responder al clamor público de lucha contra la inseguridad y ratificando una vez mas la desconfianza generalizada de los venezolanos en sus instituciones democráticas.

Creer en la argumentación del gobierno es reconocer el absurdo imposible de acusar al Presidente Chávez de homicida porque alguna vez se trató o fotografió con el Dr. Edmundo Chirinos, o de acusar al diputado Diosdado Cabello de cohonestar con los Estados Unidos por reunirse y fotografiarse alegremente con Thomas Shannon en Haití, incluso peor aún de acusar al presidente Maduro de manejar y dirigir los colectivos violentos y criminales enfrentados por el General Rodríguez Torres porque alguna vez se publicó una foto con algunos de sus cabecillas como espaldero del presidente.

Creer en la argumentación de la oposición es simplemente reconocer que los dirigentes de los partidos miembros de la Unidad son una sarta de idiotas funcionales incapaces de resolver y comunicar pública y oportunamente las infiltraciones que con cualquier intención dolosa se hagan en sus filas.

Y si damos crédito a la versión de que el imperio, Uribe y la guerra económica es la culpable de todos nuestros males, incluso de hechos como el ocurrido, tan lamentablemente cotidianos como la inseguridad y corrupción desbordada, entonces obligatoriamente tenemos que declararnos incapaces de gobernarnos y funcionalmente inhábiles para dirigir nuestros destinos, casi al punto de agradecer que cubanos y norteamericanos se estén entendiendo porque así entonces podremos tener una pizca de esperanza de que al recibir instrucciones de lado y lado se deje el conflicto y la estupidez atrás y empecemos a trabajar juntos en resolver la desinstitucionalización democrática y empezar finalmente a hacer la tarea.

José Andrés Ponce
Democracia Integral
http://www.democraciaintegral.blogspot.com

democraciatuya@gmail.com

miércoles, 19 de agosto de 2015

Donald, El Travieso.


¡Los millonarios no suelen cometer errores, simplemente se equivocan! Precisamente su condición de millonarios es la que los revela como seres fríos y calculadores. Asumen riesgos que sólo esas personalidades toman o capitalizan. 

Acostumbrados a tomar decisiones como parte de un proceso frío y calculado, así sea en cuestiones emocionales de la más profunda intimidad, a veces llegan a promover hasta el casamiento de sus hijos con magnates de esos que no le llegarían de otra manera.

Donald Trump es eso, el arquetipo del millonario hambriento de poder; tomador de riesgos y capaz de cualquier cosa por alcanzar sus objetivos con el menor efecto o consecuencia en su contra. ¡Tontos!, los que le validamos respondiendo histéricamente a las locuras e impertinencias que a él como al Rico Mac Pato, el tío hipermillonario del Pato Donald, se le ocurran, por mas extravagantes y ridículas que sean. Como cualquier celebridad, se nutre de su avidez a la presencia mediática, sea por la inauguración de una obra o por el protagonismo en el último escándalo chic digno de portada en Hola, People y tantas otras publicaciones, que cual rémoras viven de las indiscreciones de los ricos y famosos y del espíritu voyerista y mórbido de sus lectores.

El Donald lo hizo bien, si lo medimos por los resultados; lo que pasa es que quizá se le fue la mano. Pero eso fue mas por efecto de una personalidad egocéntrica desenfrenada en el calor del momento de sus declaraciones que por la estrategia básica detrás de sus declaraciones xenófobas y anti-latinoamericanas, escudadas en el tema caliente de la inmigración ilegal, que fueron claramente medidas, pensadas y estratégicamente ubicadas en el centro de su discurso de lanzamiento a su campaña presidencial.

Lo que vino después es la mas clara, pura y evidente manifestación de “huida hacia adelante” que los soberbios, ególatras y engreídos que se sienten y asumen poderosos y dueños de la verdad suelen dar como respuesta a sus equivocaciones, como alternativa a una disculpa. Los venezolanos los conocemos bien porque son el día a día de nuestros líderes, dirigentes políticos o empresariales y hasta presidentes. ¿O no?

¿Cuál fue la jugada del Donald? Muy sencilla: polarizar la opinión y la campaña hacia las primarias republicanas para hacerse de una base electoral conservadora y rancia, abandonada por el discurso populista y liberal de los demás postulados. En términos de aquel famoso premio Nobel de economía, Trump jugó al “segundo seguro” mientras los demás se pelean y diluyen en el primero, con lo cual se posicionó claramente del lugar de honor en las encuestas, apalancado en el silencio “políticamente correcto” de sus competidores.

Esto fue mercadeo político del mejor. Él no va a ganar la nominación; él lo sabe, aunque en realidad nunca se sabe. Pero en el caminar escandaloso que escogió deliberadamente para despertar el patriotismo yankee se hará de un capital político que no tenía y le impedía competir anteriormente y hasta seguramente pasará por su mente la posibilidad de formar parte de un ticket presidencial, o por lo menos una secretaría de Estado o como antes hemos visto en la historia contemporánea americana, una embajada en ultramar, de esas que dan mucha vigencia y poder. ¿Qué tal China Mr. Trump?

Es una lástima que los latinoamericanos hayamos hecho comparsa con un idiota experto en escandalizar y en lugar de tratar su bravuconada como la acción de un loco oportunista desesperado y provocador, avivamos la llama de la discordia solo para darle “share of voice” como le dicen los publicistas a quien políticamente hablando no merece respeto, ni ser escuchado, ni siquiera darle validez a su propuesta electoral, la cual por cierto ni siquiera él mismo cree o practica, pero sabe que hace ruido.

Sus clubes de golf son muy populares, sus hoteles y casinos muy visitados y hasta su programa de televisión goza de mucha audiencia, pero no hay nada mas peligroso que un empresario en la política (salvo un militar o un periodista claro está), y quizá la respuesta mas digna ante semejante idiotez debió haber sido pedirle al Partido Repúblicano que “agarre a su loco”, tal como tenemos mucho suelto por los lares bolivarianos haciendo daño similar sembrando discordia y tormentas que terminan, como hoy vemos, en grandes tempestades.

Atentos pues a los Trumps criollos que quieran seguir ejemplo para ganar prebendas y posiciones en la campaña que se acerca haciendo ruido donde no hay y provocando a quienes no deben perder su propio sentido de norte y resultado, quitando espacio a quienes verdaderamente están proponiendo sus nombres para propiciar el cambio político que desesperadamente necesitamos todos los venezolanos como alternativa necesaria a la propuesta de los discursos violentos y agotados.

José Andrés Ponce
Democracia Integral
http://www.democraciaintegral.blogspot.com

democraciatuya@gmail.com