miércoles, 19 de agosto de 2015

Donald, El Travieso.


¡Los millonarios no suelen cometer errores, simplemente se equivocan! Precisamente su condición de millonarios es la que los revela como seres fríos y calculadores. Asumen riesgos que sólo esas personalidades toman o capitalizan. 

Acostumbrados a tomar decisiones como parte de un proceso frío y calculado, así sea en cuestiones emocionales de la más profunda intimidad, a veces llegan a promover hasta el casamiento de sus hijos con magnates de esos que no le llegarían de otra manera.

Donald Trump es eso, el arquetipo del millonario hambriento de poder; tomador de riesgos y capaz de cualquier cosa por alcanzar sus objetivos con el menor efecto o consecuencia en su contra. ¡Tontos!, los que le validamos respondiendo histéricamente a las locuras e impertinencias que a él como al Rico Mac Pato, el tío hipermillonario del Pato Donald, se le ocurran, por mas extravagantes y ridículas que sean. Como cualquier celebridad, se nutre de su avidez a la presencia mediática, sea por la inauguración de una obra o por el protagonismo en el último escándalo chic digno de portada en Hola, People y tantas otras publicaciones, que cual rémoras viven de las indiscreciones de los ricos y famosos y del espíritu voyerista y mórbido de sus lectores.

El Donald lo hizo bien, si lo medimos por los resultados; lo que pasa es que quizá se le fue la mano. Pero eso fue mas por efecto de una personalidad egocéntrica desenfrenada en el calor del momento de sus declaraciones que por la estrategia básica detrás de sus declaraciones xenófobas y anti-latinoamericanas, escudadas en el tema caliente de la inmigración ilegal, que fueron claramente medidas, pensadas y estratégicamente ubicadas en el centro de su discurso de lanzamiento a su campaña presidencial.

Lo que vino después es la mas clara, pura y evidente manifestación de “huida hacia adelante” que los soberbios, ególatras y engreídos que se sienten y asumen poderosos y dueños de la verdad suelen dar como respuesta a sus equivocaciones, como alternativa a una disculpa. Los venezolanos los conocemos bien porque son el día a día de nuestros líderes, dirigentes políticos o empresariales y hasta presidentes. ¿O no?

¿Cuál fue la jugada del Donald? Muy sencilla: polarizar la opinión y la campaña hacia las primarias republicanas para hacerse de una base electoral conservadora y rancia, abandonada por el discurso populista y liberal de los demás postulados. En términos de aquel famoso premio Nobel de economía, Trump jugó al “segundo seguro” mientras los demás se pelean y diluyen en el primero, con lo cual se posicionó claramente del lugar de honor en las encuestas, apalancado en el silencio “políticamente correcto” de sus competidores.

Esto fue mercadeo político del mejor. Él no va a ganar la nominación; él lo sabe, aunque en realidad nunca se sabe. Pero en el caminar escandaloso que escogió deliberadamente para despertar el patriotismo yankee se hará de un capital político que no tenía y le impedía competir anteriormente y hasta seguramente pasará por su mente la posibilidad de formar parte de un ticket presidencial, o por lo menos una secretaría de Estado o como antes hemos visto en la historia contemporánea americana, una embajada en ultramar, de esas que dan mucha vigencia y poder. ¿Qué tal China Mr. Trump?

Es una lástima que los latinoamericanos hayamos hecho comparsa con un idiota experto en escandalizar y en lugar de tratar su bravuconada como la acción de un loco oportunista desesperado y provocador, avivamos la llama de la discordia solo para darle “share of voice” como le dicen los publicistas a quien políticamente hablando no merece respeto, ni ser escuchado, ni siquiera darle validez a su propuesta electoral, la cual por cierto ni siquiera él mismo cree o practica, pero sabe que hace ruido.

Sus clubes de golf son muy populares, sus hoteles y casinos muy visitados y hasta su programa de televisión goza de mucha audiencia, pero no hay nada mas peligroso que un empresario en la política (salvo un militar o un periodista claro está), y quizá la respuesta mas digna ante semejante idiotez debió haber sido pedirle al Partido Repúblicano que “agarre a su loco”, tal como tenemos mucho suelto por los lares bolivarianos haciendo daño similar sembrando discordia y tormentas que terminan, como hoy vemos, en grandes tempestades.

Atentos pues a los Trumps criollos que quieran seguir ejemplo para ganar prebendas y posiciones en la campaña que se acerca haciendo ruido donde no hay y provocando a quienes no deben perder su propio sentido de norte y resultado, quitando espacio a quienes verdaderamente están proponiendo sus nombres para propiciar el cambio político que desesperadamente necesitamos todos los venezolanos como alternativa necesaria a la propuesta de los discursos violentos y agotados.

José Andrés Ponce
Democracia Integral
http://www.democraciaintegral.blogspot.com

democraciatuya@gmail.com

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