domingo, 25 de agosto de 2013

¿Venezolana de Globovisión?


No es fácil entender y analizar un tema sin elementos objetivos, ni tampoco es sencillo ver que tan florida está la cosa en los alrededores del canal de la urbanización del mismo nombre, pero es claro que la historia de la compra de Globovisión parece ser mas una maniobra - “estatización rentable” o jugada de la competencia - que la compra legítima de un canal informativo.

Globovisión no se hizo inviable económicamente por la ineptitud de su gerencia, ni por la falta de preferencia de la audiencia, sino por la acción política de un gobierno que ataca a quienes se le oponen abiertamente. Hay evidencia del coqueteo de los nuevos dueños con el régimen para mantener una señal viva que sin la sombra del terror de Conatel puede dar grandes dividendos políticos o económicos según los intereses invisibles por la audiencia incauta que quiere o necesita informarse.

La promesa inicial de estabilidad para la plantilla de comunicadores y periodistas que eran los generadores de audiencia – y ganancias – y cuyo signo político está claramente asociado con la oposición a la revolución, junto a su subsecuente salida intempestiva del aire vía su renuncia o despido, hacen la cosa menos comprensible. ¿O quizá sea exactamente al revés?.

Detrás de todo negocio de información, me explican algunos expertos en la materia, todo medio tiene derecho a una política editorial y hasta exigir a su equipo de comunicadores hacer noticias afines con esa línea editorial; esto, claro está, sin desatender las consideraciones legales y éticas detrás de esa línea y los derechos sustantivos de la audiencia a una información veraz y oportuna.

Detrás de todo inversionista de capital hay una razón económica y de rentabilidad que es la generación de una ganancia real y eventual luego de la inversión, cualquiera que ella haya sido, y esto aplica por igual a un puesto informal de churros o un banco comercial, pasando por un canal de televisión. Y aquí es precisamente donde la cosa “o no cuadra” o “está cuadrando demasiado bien”.

Me explico: ¿Si Cordero, Gorrín, Perdomo y Compañía compraron Globovisión para maximizar su inversión y generar ganancias eventuales, por qué dejar ir – o despedir – a sus mayores captadores de audiencia?

A nadie, y particularmente a los hombres adinerados, le gusta perder dinero y precisamente es aquí donde surge la verdadera interrogante. Si los compradores de Globovisión son empresarios exitosos – al menos tienen la plata para invertir en la compra de un canal de tv en la Venezuela de hoy que es mucho mas de lo que muchos pueden decir – ¿Qué lógica hay en arriesgar los niveles de audiencia a través de cambios drásticos en la programación y a la vista de todos?

Sugiero tres inferencias principales para explicar todo esto. La primera, sería que Globovisión no fue comprada para que tuviera éxito ni rentabilidad manteniendo su línea editorial tradicional, sino estableciendo una línea mas cómoda – al régimen - que no era prudente anunciar desde el principio como medida de prevenir la corrida y garantizar las ganancias; la segunda, sería que las decisiones que los televidentes hemos visto “son decisiones rentables” de acuerdo a los planes financieros de los compradores, aunque no respondan a la lógica colectiva y normal; y la tercera, sería que los compradores no son los compradores reales, legítimos, naturales o definitivos del canal, sino que son “agentes estratégicos independientes” de “otros interesados” en la pérdida de valor de la franquicia, cualquiera sea la razón.

Elementos claves los tenemos aquí con la aparente dificultad inicial de nombrar a los directivos del canal y la reciente conversión de Alba Revenga para dirigirlo luego de haberse anunciado su entrada como consultora, junto a otros varios. La Sra. Revenga es una ejecutiva del medio con capacidad y experiencia y luce como una opción viable para la transición y transformación natural del canal y su línea editorial. La cuestión interesante a resolver sería si la Sra. Revenga es un nombramiento fortuito o la ejecución de un plan ordenado y en ejecución.

Los periodistas salientes, igualmente reconocidos, de trayectoria y mucha credibilidad, han anunciado mucho del rifirrafe interno, hablando de “imposición” de una línea editorial a la fuerza, con censura a noticias y programas, lista negra de invitados, intentos de imponer preguntas a algunos periodistas, irrespeto a la integridad, menosprecio al ejercicio profesional e injustificado desequilibrio en el balance de los espacios de noticias. La cuestión interesante a resolver sería si la línea editorial que estos periodistas rechazan al punto de renunciar masivamente a su estabilidad laboral por la preservación de su dignidad profesional es una que favorece a un interés distinto al del televidente, lo cual es grueso de por sí.

Dada la poca transparencia con que se manejan todos los asuntos en Venezuela y la imposibilidad de obtener información fáctica sobre el papel regulador de Conatel en esta negociación, sus protagonistas, los verdaderos compradores y la línea editorial final, no queda mas que esperar los cambios definitivos de la parrilla para confirmar si Venezuela pierde mientras pocos ganan, porque aunque Globovisión daba luces de extrema derecha en mucho de su programación, también fungía como un elemento de balance a unos medios oficiales con clara tendencia a la extrema izquierda y a otros medios que se autocensuran y protegen bajo las faldas de la imparcialidad. Ciertamente Globovisión era una opción majunche de equilibrio informativo, pero mucho mejor para los ciudadanos que la que se intuye vendrá por una sola calle, que no pareciera ser precisamente la del medio.

La Verdad se ve en Pantalla, siempre que quien la presente no nos ponga comiquitas mientras el país se cae a pedazos, ni nos cuente una historia roja rojita de un milagro naciente tras catorce años de fracasos. Y la verdad se está viendo…, después de ver las Noticias Colombianas junto a historias biográficas mas propias del Discovery y otros cambios insípidos que disfrazan la realidad nacional en el horario estelar o el mañanero y que para mí llegó al máximum de la ridiculez con el Conde ErGuacharo en Vladimir a la 1, “Aunque Usted no lo crea”, Globovisión pareciera destinada a engrosar el acervo mediático venezolano que le hace la corte a un sistema que se burla descaradamente de los preceptos constitucionales y de los derechos fundamentales a la libertad de expresión e información, veraz y oportuna, con lo cual nos quisieran decir “Señores, Buenas Noches”; pero no se equivoquen, “Si Chávez vive, la oposición parece que sigue”.

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jueves, 15 de agosto de 2013

¡De Asamblea Aburrida a Asamblea Sicalíptica!


Parece impensable encontrar un calificativo mas grave para describir las actuaciones de la de la Asamblea Nacional de Venezuela hasta el allanamiento de la inmunidad a Richard Mardo, pero la sesión del 13 de agosto de 2013 – nada aburrida en el peor de los sentidos – pasará a la historia parlamentaria del país como una de las sesiones mas obscenas y bochornosas que hayamos sido testigos los venezolanos y vaya que se han visto cosas deshonrosas en ese recinto histórico.

No me refiero a la retórica pestífera de algunos diputados que se prestaron para la maniobra marrullera e ilegal de victimizar por asociación a quien se le acusa en ausencia, aparentemente sin pruebas legítimas y sometidas al control y comunidad previas al pronunciamiento de los órganos de control judicial de las mismas, ni tampoco a la pretensión morbosa de someter al escarnio público al enemigo político sin detenerse en el atropello a las libertades civiles de ciudadanos cuyas imágenes fueron utilizadas y probablemente desnaturalizadas en desprecio de la ley y la mas alta ética y moral públicas.

Me refiero a la manera como manejó el debate y el derecho de palabra la Mesa Directiva cuando horas antes anunciaba cual animadores del circo que habrían “cositas en la sesión” para promover la audiencia parlamentaria y dentro del marco del clamor por la lucha contra la corrupción terminaron con una declaración espuria y de dudoso carácter ético, moral y constitucional contra un partido político que hace vida parlamentaria y claramente perturba a quienes en actitud abusiva y atropellada pretenden ocultar los graves hechos de corrupción que encubridoramente se niegan a investigar.

Esto, justo en la misma sesión que eligió a un nuevo Presidente del Banco Central de Venezuela confirmando a Edmee Betancourt como la presidenta mas breve de la historia del BCV, según el Portal Aporrea.org debido a su declaración de que mas de 20 mil millones de dólares del Sitme fueron entregados a empresas de maletín, o según otras fuentes por su gestión en el Bandes cuyo cuestionamiento ha llevado a acusaciones y detenciones fuera de Venezuela de altos funcionarios de estas instituciones por operaciones dudosas y bajo investigación criminal de cientos de millones de dólares en perjuicio del Bandes y demás fondos accesorios del patrimonio público.

¿Cinismo o ignorancia? ¡No lo sé!, pero al escuchar la intervención del diputado denunciante acusar – sin presentar pruebas - a un funcionario público de rango ajeno a su competencia de formar parte de una red de prostitución, narcotráfico y blanqueo de capitales para lo cual solamente consignó unas facturas apócrifas de una conocida agencia de festejos que prestó servicios para lo que describen ellas mismas como actividades mas típicas de una campaña electoral – desayunos, almuerzos, coffee breaks – que de unas orgías y bacanales que parecen estar mas bien en la mente y morbo de los acusadores cuyo monto por demás luce hasta económico y presenta además unas fotos que de bochornosas tuvieron las palabras de los parlamentarios que las presentaron, uno se pregunta si acaso tienen estos parlamentarios la mas mínima idea de la esfera de su competencia, de los límites de su mandato y de la ética y moral que tanto predican y tan poco atienden.

¿Sordos intencionales o incapaces de sumar? El presidente y los demás diputados miembros de la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional, en cambio, tienen mucho que explicar del como se establecen las prioridades investigativas de los fraudes al patrimonio público en el ente parlamentario.

Por un lado, la Presidenta del Banco Central de Venezuela en funciones declara la distracción de 20 mil millones de dólares en las asignaciones del Sitme a empresas fantasma, chimbas o propiedad de verdaderos enchufados y que coincide sospechosamente con su destitución; por otro, el diputado Andrés Eloy Méndez denuncia el pago de 1.2 millones de bolívares en tequeños y cachitos como el acto del Zar de la no se que, que desfalca las finanzas públicas. Y por mas ridículo que pueda parecer, es éste último el evento el que genera la movilización de la Asamblea Nacional y todos los recursos inteligencia civil, militar y de investigación policial y parapolicial del Estado en cuya ejecución seguramente habrán gastado cifras cercanas y hasta superiores al monto de la denuncia.

Esto es por decir lo menos, risible, aunque en realidad sea la confirmación de la actitud hipócrita y farisea de quienes tienen por mandato constitucional la responsabilidad de acabar con tales prácticas.

Como Reality, el espectáculo que dieron los parlamentarios prometería grandes beneficios y hasta podría competir con cualquier dramático comercial; como muestra del estado y nivel del parlamento, la sesión del 13 solo dice de lo pobre e indigna que es la representación popular que encarnan los diputados y diputadas de la señal de costumbre.

Lo mas frívolo de la sesión fue ver como, después de semejante show mediático y escándalo parlamentario, la Mesa Directiva abandonó la sesión y la Asamblea continuó la sesión como si nada, con la lectura del siguiente orden del día y la aprobación del texto de la Ley de Vehículos cuya redacción indudablemente será fuente de corruptelas futuras, haciendo parecer como normal lo que los venezolanos vimos previamente y que ni con antiácidos pudimos digerir.

Pero no todo está perdido en la Asamblea.

Al verlos en vivo y directo seguramente los electores pudieron apreciar quien es quien en el parlamento nacional y hasta disfrutar el cierre de un novel diputado de apellido Pizarro, cuyas palabras en mi opinión recogen el sentimiento y mensaje que los ciudadanos moderados quisieran dar a todo ese cuerpo colegiado: 

“… un pueblo que decide cambiar, un pueblo que decide apostar por el futuro, no lo detiene nadie - absolutamente nadie - a pesar de sus mentiras. Quédense ustedes en sus pantaneras, nosotros reivindicamos la política como ejercicio de servicio, para el pueblo. Muchas gracias”.

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jueves, 8 de agosto de 2013

¡Una oposición de M…ardo!


Los hechos y las declaraciones alrededor del allanamiento de la inmunidad parlamentaria al diputado Richard Mardo revelan un débil liderazgo opositor venezolano, pegado en la defensa a priori del compañero por el hecho de percibir que es un objetivo político sin plantearse – al menos públicamente - la posibilidad de un presunto indiciado en potencia, esto agravado por continuar invitando a seguir con el “idiotropismo positivo” de rechazar todo lo que huela a revolución y aprobar todo lo que sea de origen propio sin revisar los méritos de ambos lados.

La confesión es la madre de todas las pruebas. Y Mardo, a raíz del allanamiento parlamentario, habló en programas como “Conclusiones” de CNN y “Chataing” de Televen, entre otros, ratificando su declaración ante la Asamblea Nacional y diciendo – a mi modesto entender - mas de la cuenta sin siquiera pasearse por la gravedad de lo dicho. ¿Será que el diputado se siente muy seguro de su protección, digo, su posición?

Este diputado nos cuenta de propia voz su origen buhonero hecho administrador profesional con una pasión por lo social y la ayuda a la gente, lo cual es absolutamente encomiable en todo sentido; pero también nos cuenta que en los años previos a su elección como diputado (no nos dice cuantos) y en todo caso luego de hacerse amigo de Henrique Capriles y compañía y militante de alto rango de Primero Justicia, él fue capaz de lograr “unas ayudaítas económicas” (sin decirnos de quien, ni de dónde, ni de que origen, ni cual es el monto), que luego de depositarlas en sus cuentas bancarias personales – con exclusión de cualquier otra - las canalizó en ayudas sociales construyendo casas, obras de infraestructura y de ayuda médica a innumerables mujeres que - según él - “ellas saben quienes son”, lo  cual lo llevó a la Asamblea Nacional, claro que por el cariño que la gente le tomó.

De la investigación se colige y el diputado confirma extraoficialmente que tales “ayudaítas” no fueron incluidas en sus declaraciones de patrimonio, ni en sus declaraciones de impuestos, ni sometidas a permisología alguna, insinuando además que ese no debe ser tema de la agenda política que llevó a su inmunidad allanada sino que sería un caso de la competencia e interés de la Superintendencia de Bancos que lo debería manejar en lugar del Ministerio Público. ¿Barbaridad jurídica, intención de distraer, asesoramiento legal,  ignorancia o simple inocencia? ¡Ya veremos!, como diría un ciego.

Mientras escuchábamos al diputado en sus apariciones mediáticas me preguntaba: ¿Cuánto sería el monto total de las ayudaítas recibidas? ¿De quien y cual sería el origen del dinero recibido? ¿Quiénes fueron los generosos y anónimos benefactores de la obra social de Mardo? ¿Cuánto de las ayudaítas habrán ido efectivamente a parar a manos de los destinatarios finales de tanta caridad, cuánto se quedó en el camino y cuál será el saldo actual de las cuentas – o sea lo que queda? ¿Cómo haría Mardo para no declarar “esos ingresos” en sus declaraciones de renta? ¿Por qué el diputado no declaró – si es que fue así - esos saldos en los balances de sus declaraciones juradas de patrimonio al tomar posesión de su curul? ¿Por qué no ha dicho, ni querido o podido mostrar recibos o constancias de esas entregas económicas? ¿Por qué la entrega de fondos se hacía directamente al candidato y eventual diputado y no a los entes políticos o de gestión social en que él militaba en aquel entonces? Estas son – diría yo - algunas de las preguntas que cualquier ciudadano debería estarse haciendo y el diputado debería estar respondiendo – a sus electores, a sus amigos, a su partido y al país en general - antes que repetir el argumento entrenado y sobreactuado de su debilidad por los pobres y desamparados y que él es una víctima de un complot político para dañar y debilitar a su amigo Henrique Capriles y a la oposición venezolana.

En su defensa, el diputado alega que “esos dineritos” que él confiesa entraron en su patrimonio personal para ser luego canalizados según su leal saber y entender en obras de caridad vastamente publicitadas, fueron recibidos antes de su toma de posesión como diputado y no son de origen o fondos públicos, así que él no tiene porque rendirle cuentas a nadie. ¿Cómo lo sabemos? ¿Qué nos demuestra que esos dineros no provienen de fuentes ilegítimas o por lo menos interesadas en colocar “fichas” en posiciones de poder – como en efecto devino con su diputación - en lugar de la simple contribución caritativa para el progreso? Es cierto que la carga de la prueba está en sus acusadores, pero la defensa tiene que parecer inocente.

Henrique Capriles y Primero Justicia descabezaron políticamente al Diputado Caldera al desincorporarlo ipso facto de la la campaña por la “cachada filmográfica” del sobre de los 40 mil bolívares durante la campaña presidencial. ¿Por qué la diferencia - y deferencia - con el Diputado Mardo? ¿Qué hay detrás del Diputado Mardo que irrita tanto a la revolución e inspira tanta defensa – o silencio - de parte de sus colegas en la oposición, particularmente de sus compañeros de partido?

Estamos de acuerdo en que los acusadores de Mardo no son santos de nuestra devoción y seguramente tampoco puedan acercarse demasiado al candelero sin arriesgar los propios rabos, pero ante la poca contundencia de la defensa del diputado no puede uno sino hasta casi darles dolorosamente la razón en cuanto a que estos señalamientos y el desparpajo con que el señalado los maneja solo traen a nuestra mente recuerdos de otrora joyas del acervo político histórico venezolano que mostraban impúdicamente y a manos llenas como lograban tener sus gastos “cubridos” sin echarle mano a las arcas públicas, cosa que nadie creyó entonces y seguramente tampoco ahora.

Entiendo que no es fácil cuando los enemigos acusan a los propios, pero en lugar de asumir  – a priori – la defensa de Mardo (o cualquier representante de la oposición que sea cuestionado en cuanto a la legitimidad y origen de los fondos que financian su actuar político) creyendo que todo es parte de la política barata con que se baten a duelo constantemente, Henrique Capriles, Primero Justicia y la Mesa de la Unidad deben abanderar con su ejemplo un esfuerzo de cambio brutal que este país requiere y la purga empieza, aunque nos duela, por casa.

Sería muy interesante haber visto a nuestro liderazgo opositor actuar distinto y en lugar de las solidaridades automáticas, llamar a Mardo a presentar sus argumentos – y pruebas – en su descargo y solo después de las explicaciones, decidir apoyarlo en mantener su inocencia o apoyar el allanamiento de la inmunidad del diputado para que se facilitara la investigación y, en caso de existir hechos que investigar y sancionar, el diputado asuma su responsabilidad ante la ley, el país y la justicia.

¡En otra oportunidad será, que seguramente la habrá!

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lunes, 5 de agosto de 2013

Asamblea Aburrida


¡Que aburrida está la Asamblea Nacional en estos tiempos de revolución!

Uno pensaría que luego de 5 años de ostracismo mayoritario, cuando la oposición regresó la cosa se pondría interesante; pero que va, los diputados de “la señal de costumbre” hacen gala de su total sumisión ideológica al bando en que hacen fila, olvidando la obligación de representar a los votantes de sus circuitos, los que los eligieron y los que algún día serán sus jueces de gestión.

Y no es aburrida esta Asamblea solo por eso, sino porque en un cuerpo colegiado donde los ciudadanos aspiramos se realicen los mas altos ideales del juego político lo que se hace es materializar el mas predecible y patético teatro de marionetas en el que se representa la mejor caracterización de un diálogo de sordos que termina inexorablemente en encuentro de caciques - ordinario y tribal - que perdieron el norte y la razón de la representación popular que encarnan.

En este nuevo capítulo parlamentario del allanamiento a la dignidad institucional, hemos visto como la Asamblea Nacional y su directiva entubada por la ideología colocan en el orden oratorio a “colegas diputados o diputadas” alienados por su causa individual que asumen una actitud retadora, estridente y amenazante en lugar de una que dignifique al colectivo que aspiran representar en la función de dirigir un cuerpo colegiado en el que todos los diputados tienen igual peso e importancia.

En esta asamblea aburrida – por predecible y bochornosa - nos tocó ver esta semana la repetición del mismo libreto de un Director de Debates que embiste parcializadamente contra la mitad del parlamento que no lo eligió, ratificando al recinto parlamentario como escenario de revancha callejera donde el “quítate-tú-pa-poneme-yo” se institucionaliza en cuerpo colegiado.

Uno aspiraría poder ver en vivo y directo y por la ANTV unas sesiones parlamentarias con el deseo de disfrutar de un debate político que construye propuestas edificantes y convenientes para el país entero según la dinámica parlamentaria mas efectiva, pero lo que vemos semana a semana es como los diputados y diputadas llegan al hemiciclo con agendas preparadas, que el director parcializado siempre rechaza si la proponen los de la derecha, mientras la izquierda aplaude con consignas de caimanera si es la bancada oficialista la que las impulsa.

Así, lo que los diputados ofrecen en verdad es fastidiosísimo, así sea un debate tan trascendente como el que implica el reciente allanamiento de la inmunidad parlamentaria al diputado Mardo; es como ver un juego grabado de Caracas Magallanes una y otra vez donde ya sabemos el resultado y como va la cosa inning por inning.

Es tan lastimoso y predecible el espectáculo que todos saben de antemano que el director siempre traerá algo bajo la manga, cualquier cosa que simula se le ocurre o se la presentan en ese instante – así sean pruebas de grabaciones ilegales o de fuente dudosa - pero que lucen montadas o preparadas, sea con un video, o con unas fotocopias, o con documentos claramente ilegales que el acusado no tiene oportunidad de control previo conforme al mas prístino principio de defensa y estado de derecho.

Cuando se abre el debate uno piensa que la cosa se va a poner buena… ¡Pero que va!, casi siempre arranca el orden del día con uno de la izquierda que ipso facto la emprende contra la derecha con epítetos de “apátrida, corrupta, vendida, cuartarepublicana y puntofijista, golpista, vendedora de intereses al imperio, magnicidas” y mientras mas barbáricos mejor, mientras el director del debate hace alardes de su poder cronológico cuando parece multiplicar los minutos reglamentarios al diputado oficialista de turno que se regodea en adulantes deseos para la exaltación del Comandante a los altares. Ya es común predecir que los improperios los acompañen con un coro de “así, así, así es que se gobierna” o “no volverán” u otros que parecen mas bien títulos de rancheras de Paquita la del Barrio (así se llama ella misma así que no vengan ahora a decir que yo soy oligarca por lo “del Barrio”) y mas recientemente con la aparición de unos cuantos guapetones que de cuando en cuando muestran sus destrezas callejeras.

Luego le conceden la palabra sin muchas ganas a los diputados opositores quienes en su angustia de apegarse estrictamente al tiempo que el verdugo presidente ejecuta apagándole y hasta quitándoles el micrófono, hacen maromas para no lucir MUDitariamente incorrectos entre la algarabía del otro bando que hasta proyectiles le lanzan, no vayan a caer en desgracia en los medios opositores y allí mismo quede frío el diputado en cuestión, cual víctima de fin de semana que yace en la morgue sin que cuente ni le interese a ningún político.

Como en toda película mala, el final ya lo sabemos. Sometida la propuesta a la consideración de los diputados lo que mas brilla en la Asamblea es la ausencia de conciencia del cargo de representación popular que los elegidos encarnan y con la señal de costumbre se imponen en función a los votos que se controlan o se oponen en función a la señal políticamente correcta, aunque para ello pisoteen los preceptos constitucionales aplicables al orden del día, como todos vimos el martes pasado; nada que ver con la conciencia y la responsabilidad histórica que cada diputado debe tener y reflejar, sino con hacer un papel que los acredite frente a sus respectivos taitas que los dirige de cada lado de la bancada.

Y mientras estos vaivenes de la democracia se suceden semana tras semana sin mas resultado que el eco que reproducen los medios y extrañamos aquellos debates apasionados de los constructores de un país encarnados por Andrés Eloy y compañía, la democracia venezolana se sumerge hoy en una crisis de representatividad y dignidad que solo sirve para que los buitres extranjeros hagan un festín.

Lo malo es que la carroña es nuestro petróleo, que es finito… y lo peor es que las víctimas son nuestros hijos, todos, sin importar el color con que usted quiera pintarles la camiseta.

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