No
es fácil entender y analizar un tema sin elementos objetivos, ni tampoco es
sencillo ver que tan florida está la cosa en los alrededores del canal de la
urbanización del mismo nombre, pero es claro que la historia de la compra de
Globovisión parece ser mas una maniobra - “estatización rentable” o jugada de
la competencia - que la compra legítima de un canal informativo.
Globovisión
no se hizo inviable económicamente por la ineptitud de su gerencia, ni por la falta
de preferencia de la audiencia, sino por la acción política de un gobierno que
ataca a quienes se le oponen abiertamente. Hay evidencia del coqueteo de los
nuevos dueños con el régimen para mantener una señal viva que sin la sombra del
terror de Conatel puede dar grandes dividendos políticos o económicos según los
intereses invisibles por la audiencia incauta que quiere o necesita informarse.
La
promesa inicial de estabilidad para la plantilla de comunicadores y periodistas
que eran los generadores de audiencia – y ganancias – y cuyo signo político
está claramente asociado con la oposición a la revolución, junto a su subsecuente
salida intempestiva del aire vía su renuncia o despido, hacen la cosa menos
comprensible. ¿O quizá sea exactamente al revés?.
Detrás
de todo negocio de información, me explican algunos expertos en la materia, todo
medio tiene derecho a una política editorial y hasta exigir a su equipo de
comunicadores hacer noticias afines con esa línea editorial; esto, claro está,
sin desatender las consideraciones legales y éticas detrás de esa línea y los
derechos sustantivos de la audiencia a una información veraz y oportuna.
Detrás
de todo inversionista de capital hay una razón económica y de rentabilidad que es
la generación de una ganancia real y eventual luego de la inversión, cualquiera
que ella haya sido, y esto aplica por igual a un puesto informal de churros o
un banco comercial, pasando por un canal de televisión. Y aquí es precisamente
donde la cosa “o no cuadra” o “está cuadrando demasiado bien”.
Me
explico: ¿Si Cordero, Gorrín, Perdomo y Compañía compraron Globovisión para
maximizar su inversión y generar ganancias eventuales, por qué dejar ir – o
despedir – a sus mayores captadores de audiencia?
A
nadie, y particularmente a los hombres adinerados, le gusta perder dinero y
precisamente es aquí donde surge la verdadera interrogante. Si los compradores
de Globovisión son empresarios exitosos – al menos tienen la plata para
invertir en la compra de un canal de tv en la Venezuela de hoy que es mucho mas
de lo que muchos pueden decir – ¿Qué lógica hay en arriesgar los niveles de
audiencia a través de cambios drásticos en la programación y a la vista de
todos?
Sugiero
tres inferencias principales para explicar todo esto. La primera, sería que
Globovisión no fue comprada para que tuviera éxito ni rentabilidad manteniendo
su línea editorial tradicional, sino estableciendo una línea mas cómoda – al
régimen - que no era prudente anunciar desde el principio como medida de
prevenir la corrida y garantizar las ganancias; la segunda, sería que las
decisiones que los televidentes hemos visto “son decisiones rentables” de
acuerdo a los planes financieros de los compradores, aunque no respondan a la
lógica colectiva y normal; y la tercera, sería que los compradores no son los
compradores reales, legítimos, naturales o definitivos del canal, sino que son
“agentes estratégicos independientes” de “otros interesados” en la pérdida de
valor de la franquicia, cualquiera sea la razón.
Elementos
claves los tenemos aquí con la aparente dificultad inicial de nombrar a los
directivos del canal y la reciente conversión de Alba Revenga para dirigirlo
luego de haberse anunciado su entrada como consultora, junto a otros varios. La
Sra. Revenga es una ejecutiva del medio con capacidad y experiencia y luce como
una opción viable para la transición y transformación natural del canal y su
línea editorial. La cuestión interesante a resolver sería si la Sra. Revenga es
un nombramiento fortuito o la ejecución de un plan ordenado y en ejecución.
Los
periodistas salientes, igualmente reconocidos, de trayectoria y mucha
credibilidad, han anunciado mucho del rifirrafe interno, hablando de
“imposición” de una línea editorial a la fuerza, con censura a noticias y
programas, lista negra de invitados, intentos de imponer preguntas a algunos
periodistas, irrespeto a la integridad, menosprecio al ejercicio profesional e
injustificado desequilibrio en el balance de los espacios de noticias. La
cuestión interesante a resolver sería si la línea editorial que estos
periodistas rechazan al punto de renunciar masivamente a su estabilidad laboral
por la preservación de su dignidad profesional es una que favorece a un interés
distinto al del televidente, lo cual es grueso de por sí.
Dada
la poca transparencia con que se manejan todos los asuntos en Venezuela y la
imposibilidad de obtener información fáctica sobre el papel regulador de
Conatel en esta negociación, sus protagonistas, los verdaderos compradores y la
línea editorial final, no queda mas que esperar los cambios definitivos de la
parrilla para confirmar si Venezuela pierde mientras pocos ganan, porque aunque
Globovisión daba luces de extrema derecha en mucho de su programación, también fungía
como un elemento de balance a unos medios oficiales con clara tendencia a la
extrema izquierda y a otros medios que se autocensuran y protegen bajo las
faldas de la imparcialidad. Ciertamente Globovisión era una opción majunche de equilibrio
informativo, pero mucho mejor para los ciudadanos que la que se intuye vendrá
por una sola calle, que no pareciera ser precisamente la del medio.
La
Verdad se ve en Pantalla, siempre que quien la presente no nos ponga comiquitas
mientras el país se cae a pedazos, ni nos cuente una historia roja rojita de un
milagro naciente tras catorce años de fracasos. Y la verdad se está viendo…,
después de ver las Noticias Colombianas junto a historias biográficas mas
propias del Discovery y otros cambios insípidos que disfrazan la realidad
nacional en el horario estelar o el mañanero y que para mí llegó al máximum de
la ridiculez con el Conde ErGuacharo en Vladimir a la 1, “Aunque Usted no lo
crea”, Globovisión pareciera destinada a engrosar el acervo mediático
venezolano que le hace la corte a un sistema que se burla descaradamente de los
preceptos constitucionales y de los derechos fundamentales a la libertad de
expresión e información, veraz y oportuna, con lo cual nos quisieran decir “Señores,
Buenas Noches”; pero no se equivoquen, “Si Chávez vive, la oposición parece que
sigue”.
Democracia Integral
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