¿Por
qué? Es muy simple, porque una vez mas Nelson Merentes se aleja de los fundamentos
económicos básicos y patrocina un mecanismo oscuro y sin el sentido económico
que se le atribuye. Y al igual que el Sitme y el Sicad, está destinado a fracasar,
luego de parir una nueva camada de futuros acaudalados y perseguidos que se
refugiarán con sus capitales en la ciudad de costumbre.
Es
incomprensible ver como una y otra vez los economistas revolucionarios se
empeñan en ignorar que un mercado libre de divisas responde a reglas muy
básicas y fundamentales. La clave es el “Arbitraje”,
que en términos simples implica comprar barata y vender cara una divisa, basándose
en las distorsiones de precios, y hacer la ganancia consecuencial. En los
mercados FOREX el arbitraje es lo
que ayuda precisamente a equilibrar el poder de intercambio entre divisas y de
esos desequilibrios derivan buena parte de las políticas monetarias y macro de
las economías libres del mundo. Las virtudes del mecanismo se pierden cada vez
que se manipula o interviene como se colige pretende el BCV al leer el Convenio
27.
En
Venezuela, el artículo 9 de la Ley de Régimen Cambiario y el Convenio Cambiario
No. 27 aspiran crear un mercado de libre convertibilidad de divisas bajo el
acrónimo de SICAD II, un mecanismo de mercado cuya intención es subordinarlo a
la libre oferta y demanda y de supuesta participación abierta en el que se sus
actores podrán participar activamente en ambas puntas, como compradores o
vendedores y cuyo objetivo macroeconómico parece ser bajar el dólar libre
(antiguo innombrable) a niveles que según reportan fluctúe entre 25 y 40.
¡Y
lo harán! Artificialmente como nos tienen acostumbrados, pero lo harán.
Lo
que no creo se logrará será hacer desaparecer el otrora innombrable, que se
continuará cotizando al son del mercado SICAD II a múltiplos de la tasa
efectiva del día porque nadie espera que la oferta de divisas podrá satisfacer
la demanda y es lógico reconocer que nadie sería tan estúpido (ningún privado
esto es) como para vender sus divisas a una tasa artificial de entre 25 y 40
cuando las puede colocar libremente por el doble. Así de simple.
El
mecanismo anunciado para este mercado es tan opaco como el establecido por su
hermano mayor. De la simple lectura del Convenio 27 se desprende que el BCV se
reserva el derecho a intervenir en cualquier momento, léase esperar que se
hayan presentado todas las ofertas firmes de compra y venta de divisas del día,
para decidir cuantos dólares y a que precio se inyectará para que la tasa
promedio ponderada del final del día responda a los caprichos del régimen.
Así
pues, imaginamos a un Nelson Merentes con su tableta Canaima en mano al último minuto
del cierre del mercado, llenando las variables de intervención del BCV que
determinarán el dólar SICAD II (monto y tasa), fijando artificialmente la tasa
efectiva del día y materializando lo que de por sí sería ilícito en un régimen
de libre convertibilidad como prometen los pregoneros será este mecanismo.
¿Dónde
está la tentación con el SICAD II? De la lectura del convenio se deduce la posible
manipulación del mercado que de la mano de Merentes se ejecutaría. Si bien es
cierto que los compradores y vendedores de divisas deben anunciar sus posturas firmes
y definitivas con anticipación y que podemos presumir que la demanda superará
la oferta, al final del día la tasa promedio ponderada SICAD II será calculada
en función a las operaciones efectivamente transadas, es decir, en aquellos
montos y cantidades cuyas ofertas coincidan y no necesariamente con el mejor
postor, reservándose el BCV el derecho de intervenir en cualquier momento
(léase hasta el final de la jornada).
Aquí
reside lo crítico de todo esto: si el BCV – como lo establece el Convenio – conoce
en tiempo real cuales son las posturas de oferta y demanda - con anticipación -
y además tiene el control opaco de la cantidad de divisas que inyectará en la
puja diaria del preciado maná clorofilado, entonces Merentes y compañía podrán
manipular la tasa efectiva final tanto a la baja o al alza como sus intereses
quieran, incluso susurrando a los amigos de la revolución la clave para
acercarse al mingo cambiario con toda la precisión que el “inside trading” les
facilita por las reglas y mecanismos establecidos en el mismísimo Convenio.
Nada
de lo publicado hasta ahora sobre el SICAD II da luces de transparencia en este
mercado, y hasta el momento de publicación de esta nota no sabemos de
instructivos mas esperanzadores. Mas allá de las declaraciones de Rafael
Ramírez quien lamentablemente no es muy famoso a la hora de dar información
transparente en los ámbitos de su competencia, o de Merentes que no le atina ni
a sus propios pronósticos macroeconómicos aún controlando sus factores, no hay
nada que indique que este mercado será ortodoxamente libre. Todo lo contrario,
el régimen está acostumbrado a una opacidad tal en los procesos establecidos
para el acceso a divisas que uno llega a pensar que estas asignaciones se harán
a dedo y al mejor amigo en lugar de la propuesta de mercado y al mejor postor.
¿Se
imagina usted amigo lector cuanto dinero se puede hacer acertándole con
precisión al precio del día, sea en alza o en baja, cuando se conoce de
antemano cual será la tasa promedio ponderada final? Los 20 mil millones “extraviados”
del Sitme – que por cierto cuya lista de beneficiarios está todavía en las
manos firmes y privadas de Ramírez – se quedan como bebés de pecho cuando se
tiene el poder de manipular un mercado libre que se anuncia de unos 30 millones
diarios (150 semanales o 7 mil ochocientos al año) en el cual se podría ganar
diariamente la modesta fluctuación normal de (digamos arbitrariamente) un 5% de
variación, esto además sin las consecuencias penales para quienes reciban los
“datos de oro” de los arquitectos del valor del dólar SICAD II.
Mis
amigos me dicen que yo soy muy negativo y desconfiado, a lo cual les digo, como
publiqué en Mayo del 2010 cuando Merentes estaba detrás de la Ley de Delitos
Cambiarios y la subsecuente creación del SITME, que es verdaderamente
vergonzoso ver como nuestro país es presa fácil del juego cómplice de las
autoridades monetarias y ciertos agentes disque económicos para saquear las
arcas del Estado con una impunidad que da coraje.
Ver
una y otra vez como bajo el subterfugio de políticas públicas se implementan
mecanismos de transacción de divisas que utilizan a la raquítica gallina de los
huevos de oro de PDVSA para el enriquecimiento fácil de unos pocos
privilegiados cuya virtud conocida es la de expertos catadores de las flatulencias
del Caudillo de turno realmente llena de indignación, especialmente ahora
cuando estas prácticas se hacen hoy en perjuicio de un pueblo revolucionario y
supuestamente privilegiado que es engañado frente a sus narices como alguna vez
lo hiciera Colón y sus secuaces e históricamente lo han hecho las huestes
trepadoras que como rémoras se enchufan a la aleta de Tiburon 1 cada vez que un
Caudillo se instala en el poder.
Y
les prometo, de verdad, como me dijera aquél crítico, que me encantaría estar
equivocado…
Democracia Integral
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