viernes, 15 de julio de 2016

¡CLAPitalismo salvaje y militarista!


La aceptación de la opresión por parte del oprimido
acaba por ser complicidad;
la cobardía es un consentimiento;
existe solidaridad y participación vergonzosa
entre el gobierno que hace el mal
y el pueblo que lo deja hacer.
Víctor Hugo

¿Que mas decir que no se haya dicho para denunciar la soberana estupidez de los que insisten en un modelo históricamente fallido y de los que esperan pululantes el milagro de creer ganarse la lotería en una bolsa de CLAP que le caiga de alguna parte – desesperadamente de donde sea - sin asumir la responsabilidad de su propio destino?

¡Nada!

A eso – ¡a nada! - se resume el espejismo llamado CLAP, la mas reciente herramienta de subyugación de la revolución bolivariana. Los Comité Locales de Abastecimiento y Producción, que falazmente administrarán la Gran Misión de Abastecimiento y Producción y que suponen deferir al estamento militar atribuciones presidenciales – inconstitucionalmente y sable en mano – para insistir en políticas fracasadas que se alinean y enfilan como vagones de tren rumbo al despeñadero de la larga y fracasada serie de misiones que salvo hacer billonarios a trisoleados verde oliva y sus secuaces lo único que hace es demostrar el fracaso de una revolución populista, ineficiente e inefectiva que no resiste democráticamente el mas mínimo viento de cambio y que nada nuevo aportó a la Venezuela rentista que en sus manos hoy pordiosea limosnas en comida y medicinas porque no puede hacer otra cosa sin que un “control” oficialista y ahora oficialmente castrense lo impida, con la complicidad capitulante de los demás poderes públicos.

¡Una bolsa para un bolsa! pareciera ser la consigna para llevar a manos de unos pobres y defraudados afortunados que le venden sin libertad de escoger su precio, contenido, calidad, cantidad y lugar de procedencia y que sucumben otra vez a lambucear la migaja de la piñata que los revolucionarios han saqueado y que a vista de ojos ni siquiera es suficiente para ciudadanos cuyo destino parece ser pulular entre colas, censos y registros a la espera de algo que ya ni creen es su derecho constitucional. Y si, los bolsas sobran, pero las bolsas no alcanzan para todos.

Las academias y sus representantes, los actores económicos, políticos y sociales, los organismos internacionales, las organizaciones religiosas de cualquier denominación, las estadísticas macro, micro y hasta las cifras amañadas oficialmente señalan con absoluta, exclusiva y única responsabilidad y a gritos a una revolución tarúpida que no solo ha diseñado mal, sino ejecutado peor, corrupta y mediocremente, la oferta engañosa de la transformación, generando una camada de buitres – enchufados locales y extranjeros – que ante la estupidez funcional de comandantes supremos y sus herederos no terminan de aceptar lo que los hechos a simple pepa de ojo le restriegan en la cara: la revancha populista, el odio revolucionario, el discurso de clases y la vendetta disque popular, junto a la incompetencia manifiesta para diseñar y ejecutar políticas públicas sensatas, liberales y progresistas nos llevó a la quiebra económica y como nación. ¡Así de simple!, por mas doloroso que sea decirlo y vivirlo.

Como serán de malas estas políticas públicas revolucionarias que pretenden ocultar en subterfugios agotados de guerra económica, crisis petrolera y toda la retahíla exótica y agotada de excusas que serían pintorescas si no fuera por sus efectos que pagamos todos con este estado de destrucción y pobreza social y económica en que vivimos, que un Adeco emblemático y representativo de la llamada cuarta república se ha convertido en el portavoz autorizado y legitimado por el voto popular del malestar social y de la protesta y es la caja de resonancia de la insatisfacción que crece y se multiplica aunque se haya puesto de contenedor al mismísimo padrino mayor de la mafia y de la logia para detener lo que luce indetenible. La economía es terca y a la revolución solo le quedan decisiones como esta de morir lentamente oponiéndose a la realidad numérica, fáctica e incuestionable.

Si el contraste evidente del malvivir local versus la abundancia vecina, separadas por una franja fronteriza y de represión injusta; si la errática interpretación de las decisiones tomadas con el sosiego y la tranquilidad de la casa matriz que dice ya basta de seguir creyendo que es posible continuar en estas condiciones; si la lectura errada de la decisión del Citibank de que nuestro dinero no es bueno ni sirve para nada; si la respuesta unitaria de la ONU, la OEA, la CEU y el Mercosur señalando las violaciones, desmanes y fracasos revolucionarios no son suficientes para promover la reflexión, el diálogo y la reconciliación, entonces nada lo será. ¿Y entonces?..., hay que asumir que nuestro drama no radica en la ideología revolucionaria, sino en la escasa inteligencia de quienes la representan.

Los niveles a que ha llegado este régimen para forzar control social, desbordado por la quiebra económica y general del país, solo muestra la evidente incapacidad de quienes enarbolan la bandera revolucionaria para dar solución a los problemas mas dramáticos que nos aquejan, que decir para aquellos que no encabezan los 5 primeros que ya ni siquiera le prestamos atención.

A esto se reduce el CLAPitalismo salvaje: el último eslabón de una cadena interminable de fracasos que se llama revolución bolivariana y que tiene a nuestro país por este despeñadero económico, político y social. “Muerto el perro, se acaba la rabia” dijo alguna vez un sabio; lo que quiero decir es que como lo entiende todo el mundo civilizado, la reconciliación y la recuperación pasan por el revocatorio en 2016, como alternativa viable, legítima y constitucional para dar un final pacífico a esta historia oscura, contar las pérdidas y rediseñar el país que todos queremos, para todos...

José Andrés Ponce
Democracia Integral
http://www.democraciaintegral.blogspot.com

democraciatuya@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario